domingo, 30 de noviembre de 2008

LOVING MYSELF


A la vista de que Amor me engaña

y trata de atormentarme con esperanzas e ilusiones,

ya que el futuro se me presenta sola

y el vals lo trazan mis dedos sentados,

he decidido quererme

-quién lo va a hacer

mejor que yo-

y compartir el tiempo con mis versos,

dejar de buscar opio y princesas

y despertarme con una puta más en la cama,

quiero cambiar por última vez mis sábanas

de agua y cristal,

mudar de sonrisa

-que ésta forzada ya me cansa-

y reír si quiero,

llorar si lo necesito,

escribir en un sillón en público

sin importarme que me miren,

y amarme cada día

como si fuera el último.

Que ya que amor no tengo,

apretaré los dientes,

coseré las heridas,

abriré la pluma al mundo

y dejaré para mi alma y las palabras

las pesadillas.

sábado, 29 de noviembre de 2008

HALLAZGO

Acabo de descubrir
que el amor no es para siempre,
que si yo mentí
cuando (no) te quise,
tú también cuando afirmaste
nunca dejar de hacerlo.

Ahora alguien
-y no seré yo-
descubrirá tus besos
y yo me quedaré como ayer,
como hoy,
como siempre


sola.


Cuando te quiera
estarás muy lejos
y la única verdad que obtengo
es que nadie me quiso,
que nadie me quiere,
y, lo más terrible,
que nadie lo hará,

aunque me haga ilusiones de que un día
fui lo más importante para alguien en este mundo,

aunque rece por volver a serlo
o a sentir aquel amor inmenso.

LA VECINA (ejercicios del Aula)


Era más de media noche, la luz de la farola caía sobre mi cuerpo en camisón.

El maldito casero había vuelto a poner la calefacción al máximo y el calor era insoportable.

Las sábanas, la manta, la colcha... todo caía por el suelo sin orden.

De pronto, un ruido resquebrajó el silencio morféico y me desperté ahogando un grito. No sabía si se trataba de una pesadilla o algo me había arrastrado de mi precaria tranquilidad nocturna.

Pronto descubrí la respuesta.

La niñata del segundo. La niña bonita, rubia, pija y excesivamente femenina había roto la calma. No era la primera vez que montaba una fiesta, si bien últimamente la había visto más ojerosa y cansada, y ya no encontraba en ella la mirada de "aparta roja macarra, no vaya a ser que me contagies y me vuelva como tú" cada vez que nos encontrábamos en la escalera.

Pensé, sin embargo, que quizás se había convertido en una "nueva rebelde", de esas que tanto pululan hoy en día y que tan sólo son fachada y maquillaje.

Me levanté de la cama, me cubrí con una bata verde y me calcé las zapatillas de esparto, oculto quedaba ya el erotismo del cuerpo semidesnudo y el sugerente atuendo nocturno de necajes y transparencias.

Sabía, tras dar mil vueltas en la cama, que no conseguiría conciliar el sueño, al menos, hasta que cesase el estruendo.

Cogí las llaves, abrí la puerta y me fui escaleras arriba decidida a aporrear la maldita puerta de mi vecina.

Cuando llegué a ésta descubría algo raro. No había rastro algunos de gente ebria, charcos de vómito o alcohol por el suelo como era usual. Sin embargo, los ruidos seguían escuchándose.

¿Estaba Lara en casa? ¿O se había ido de viaje, a casa de sus padres? No. No la había visto (ni oído) cargando la pesada maleta repleta de ropa camino a Toledo.

¿Estaba con su novio? No. Sabía muy bien que habían roto, les había oído discutir (lo que desconocía era quién le había puesto los cuernos a quién, quizás ambos, quién sabe...).

De pronto, se me ocurrió un idea, quizás arriesgada e inconsciente pero, ya que no podía dormir, al menos merecía saber qué era lo que sucedía.

Probé a girar el pomo. La puerta se abrió sin hacer ruido. Sa qué las llaves. Fue un impulso estúpido, pero, aún reconociendo que no me servirían de nada si alguien me atacaba, me sentía más segura, y era lo único que llevaba encima que me pudiera servir. Era eso, o seducir a los posibles ladrones. Tú hubieras hecho lo mismo en mi lugar, al fin y al cabo, todos los seres humanos somos iguales.

Di un paso alfrente, busqué el interruptor con la mano derecha mientras agarraba firmemente las llaves en la otra mano. Noté algo sobresaliendo de la pared y encendí la luz.


La claridad lo iluminó todo. Allí estaba Lara, con el pelo sulto cayéndole por la espalda, también, como yo, llevaba un sugerente camisón, el suyo color marfil. Con ella estaba aquel chico que había visto por la universidad, un estudiante Erasmus, se llamaba Louis, era alto, guapo, atractivo, moreno...

Ambos me miraron. En un principio sorprendidos. Luego se observaron un instante y me sonrieron. Tras mi estupor inicial, yo les correspondí. Apagué la luz. Y cerré la puerta a mi espalda.

EL VERSO CONTRA EL POETA


Qué dulces suenan las penas

cuando se encauzan en versos,

qué melodiosas cadencias engendran los dolores

y cuán sutiles resultan las lágrimas

si una rima las armoniza.

Pero, el dolor que yo siento,

la soledad y el vacío que me rompen en dos,

las sutilezas que de mi boca escapan

por si alguien se atreve

a darme al fin un beso,

todas estas cosas son las que se ocultan

tras la belleza de las palabras.

Nadie sabe

(porque no lo cuento)

cuantos gritos me han costado mis poemas

y nadie ha visto

(porque yo no quiero)

lo que he llorado y la tinta diluida

sobre el papel, ahora gris.


He buscado el amor,

he querido perder de mil formas la inocencia,

morir en un pensamiento

o cambiar en la crisálida,

pero nada he podido contra el destino

(sigo siendo la misma libélula),

el destino en que no creo,

alguien me impuso una vida de soledad,

olvido y tristeza,

pero yo me aferraré a un clavo ardiendo

si coloca en mis labios

de nuevo

una percha.

viernes, 28 de noviembre de 2008

TE DOY MIS CUENCAS

Te doy mis cuencas, que no mis ojos,
que con ellos veo la luz en tus pupilas, te doy mis cuencas
para que las llenes de besos
y en sus sangrientas venas
crezcan campanillas y margaritas,
romero y tomillo,
mariposas y libélulas
y en las noches de tormenta,
puedas acurrucarte en ellas
y espantar las pesadillas.

Te doy mis cuencas, para que duermas
y allí nos cantemos como dos enamorados
a la luna
y para que puedas encontrar la puerta que lleva a mi alma.
El día que tú mueras, cerraré mis párpados,
pondré mis ojos ante lo que será tu tumba
porque si al final es cierto, y no muero,
quiero verte y llevarte cada día.

¿QUÉ SIGNIFICA SEGUIR?


El seguir parece haberse convertido

en cristales rotos bajo mis alas,

en un querer y no poder volar,

en sangre en el arcoiris-

a veces no hay nada que esperar

over the rainbow-

y en palmas ausentes.


Hay veces que la vida y la luz

son demasiado para un corazón pequeño

y las tinieblas el mejor resguardo

para dormir un rato las pesadillas

y despertar los sueños quebrados.


El seguir se convierte,

en ciertas ocasiones,

en una obligación de hierros

más que un camino,

es cuando decidimos si dejamos volar el alma libre

o apretamos los dientes,

nos sacamos los ojos

y continuamos la senda.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Harta

En la noche de mi cuarto,
la vela de hierro ilumina mi muerte.
El frío de mis huesos
huye espantado
cuando mi alma ha gritado.
Mis manos sedientas
de esas caricias que también quiso
un poeta cubano.
Necesito la tierra ya que el amor
no puedo tenerlo,
quizás esté hecha para vivir sola,
puede que la musa me esté haciendo un favor
pero es en estas noches sin vida,
con las cuencas vacías de mí,
la luna oscura en mi cuerpo,
las penas en lamento por mi habitación,
cuando el cuervo se posa sobre el quicio de la puerta.
Mis paredes amarillas-¿de alegría?
No. Es bilis
que se escapó cuando ya no cupo
nada más que dolor en mí-.
Busco a Teresa, sus flechas ardientes,
el cuchillo de Julieta,
la muerte de Máximo
pero ni Amor ni Muerte
plegan sobre mí sus alas eternas.
Daría mis supiros por mil besos
o mil morfeos de eterna cuna
pero debo conformarme con escribir estos versos,
y dejar de quejarme, tragar la amargura,
por si la musa se enoja
y me quita lo único
que me hace soportable esta vida.

I tried to live forever... so far, so good, but I'm tired of myself

Ni en flor ni en espuma,
ni en dorado viento,
ni en las llamas del infierno
encuentro yo lo que busco.
Que mi dicha se entristece,
y estoy ya cansada,
de princesas y de hadas,
de versos, rimas y coemas,
de libres y libertinos,
de liberales y fascistas,
de cobardes y de héroes,
de corazones y vacíos,
de mirar en sus ojos la luz aurora
y encontrar mis cuencas vacías,
de volar con alas rotas
y caer en charcos muertos,
de gaviotas y de barcos,
de piratas y amrineros,
de cuevas, olvidos y nombres,
de ti, de mí, de todos mis amores,
de la inocencia y la lujuria,
de mis pecados y mi inocencia,
de ser la niña, la anciana,
de no poder ser poeta
porque dicen que mis rimas no son buenas.

Y me
rebelo, rompo el
verso en mil pedazos
ahogo la rima la
métrica y cuanto me
ate a un pasado que
no es mío.
Escribo prosas en verso, narro poemas y muero yo misma en
mis dramas, te mato y resucito mil veces en
un pestañeo o un
trazo más.
Me importa una mierda que
tú no me quieras, que
tenga que recurrir a las plumas que ora
escriben ora me dañan las claves ocultas de mi
guitarra abandonada.
Así que, niñato, lector histérico, o amor fracasado que
me odias sin saber la razón desde
aquí os digo que, sin sentirlo demasiado, me
alejo de vuestro camino,
o os echo a un lado, que yo camino sola, soy una loba
maldita, poeta proscrita en guerra.
Y muerdo.

Ubi est?

¿Dónde estás, no te encuentro,
dónde estás, alma mía,
que en mí yo no te hallo
y aun te busco cada día?

Rosada y nívea fuente de belleza,
áureo trono de gentil virtud,
cumbre de lealtad y riqueza,
dame respuesta a mis quejas tú,

dame respuesta, corazón,
que en tu desdén yo no lo parezco
y en ardores de amor y don
yo por ti bien perezco

pues tú eres mi diosa
más altiva que niguna
que encumbrarte quiero, melindrosa,
en mi dedo hasta la luna

y hacerte un vestido de plata
con las mejillas de la celeste dama
que por ti, divina gata,
se rasgará sus estrellas en rama.

Decidme, hermosa mía,
dó so hayan tus besos
que quisiera algún día
poder ir a recogerlos.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

I WISH (II)


Entre las cumbres de tu cuerpo
o bajo el arco iris que escondes
quisiera quedarme a gemir,
quiero ser tu puta,
o tu ramera,
si te gusta más,
quisiera poseerte como si nos faltara el tiempo
y que tú me comas a dentelladas,
quisiera volar entre nubes de suspiros
encadenados en caricias,
en un entra y no sale que sale que entra suspira el juguete que ya no yace en la mesilla olvidada.
Quisiera morderte el alma
y escupirla en el suelo.
Quisiera arrancarme el corazón por un momento
para sólo sentir placer,
para ser sólo instinto.
El problema es que ni consigo ser puta
ni tampoco quereros.

I WISH


Quisiera ser
aquella que montase en un arco iris
sin complejos
ni pecados,
quisiera ser aquella sin dios ni infiernos,
quisiera ser
aquella que ama sin prejuicios,
la adúltera del cuento,
quisiera ser la puta,
un agujero negro en el mundo
y abandonar esta pureza,
de espíritu y cuerpo,
quisiera volver a amar,
pero aquí se divide mi razón
pues la memoria me dice
que quiera sin apegarme,
con los pies en el suelo
y la vista en el presente;
mi inconsciente falla
que me dirija por la senda de la idealización,
la inocencia con que un día amé
y que vuele observando el futuro.
Y ahora me pregunto,
de qué me sirven estos versos
si aún sigo sin amar,
sin amor
y sin tener ni ser amante,
y así, sin hacerle caso a nadie,
olvido al memoria,
evito a la inconsciencia
y temo a la puta que todos llevamos dentro
para seguir los pasos de mi alma pura
que de tan blanca, tan luminosa
me hiere con su dulzura
y me hunde en el dolor más divino.

lunes, 24 de noviembre de 2008

PARQUE DE ATRACCIONES: lo que fue, lo que es, lo que quizás será



Parque de atracciones nació, y nosotras lo vimos en Zaragoza una mañana de abril de 2008. Era (y es) blanco, con un corazón rojo derramando lágrimas y estrellas. En su margen inferior izquierda, nuestros nombres (Ana Muñoz, Ana Gijón Mendoza, Analía Basualdo, Clara Santafé Subirás, Laura Tajada Negredo, Nerea Ferrez y Rut Sanz).


Aún sigo sin creérmelo cuando miro el libro en mi estantería, forrado, para preservarlo del tiempo. Si hace tan sólo un par de años me hubiesen dicho que ahora mis versos estarían publicados en una antología, no me lo hubiera creído. Bien es cierto también, que hace un par de años mis versos no eran lo que hoy son (más maduros), y seguramente dentro de otros dos años hayan mudado un poco de forma o de contenido. No se puede separar por completo el poema del poeta que lo escribió, porque en suma son uno, aunque uno y otro traten de desligarse y separar sus caminos a veces.



Hoy, más de medio año después de la primera presentación de la antología, varias reseñas más tardes, presentaciones en Teruel, Madrid, Logroño y Valladolid, aún sigo sin bajar del todo de la nube en la que me subió la antología (tal es mi estado de inconsciencia, incredulidad y ensoñación). Esperando el autobús que me llevara de vuelta a Logroño, Rut me dijo que haría falta por lo menos una semana para que “pudiéramos sacarnos la percha de la boca” ya que era imposible que se apagara esa sonrisa que se nos había aferrado a los labios desde la tarde del jueves.



Parque de atracciones quizás se convierta una simple antología más, un libro entre tantos de jóvenes poetas, quinientos ejemplares distribuidos por diferentes lugares de España y América (hay que recordar que Analía es argentina), o quizás sea este el primer paso a algo mayor. Siempre hay una primera vez para todo, y puede que ésta sea la nuestra de comenzar “algo grande”. Podría ser que no todas terminen o terminemos este camino, que algunas se queden o nos quedemos en el trayecto y no logremos subir más la ladera que nos lleva hacia nuestros sueños. Lo que sí es cierto es que no nos vamos a arrepentir, porque después de Valladolid le toca el turno a Barcelona, y luego, Buenos Aires y de ahí, volaremos. ¿A dónde? Quién sabe. ¿Cuándo llegaremos? Ni idea. Pero somos poetas rusas, somos jóvenes y tenemos ganas de comernos el mundo entre rimas y versos libres y revolucionar a quien se deje en nuestro caminar.


Somos rusas y, como dijo Clara “¡Viva la revolución!”.


Espero veros pronto y que os gusten nuestras palabras.

Reseña de las rusas


Trasteando por la web y leyendo los blogs de mis rusas y demás encontré esta entrada que copio y pego en el blog de Clara Santafé, la rusa del erotismo, a veri si me puedo hacer de alguna forma con la revista y lo leo.

"Vale, ya he leído la reseña de "Parque de Atracciones" en QUÉ LEER.
Enrique Villagrasa habla (bien) de las rusas y compartimos página con Vilas, Rilke, Joan Salvat-Papasseit y David González, lo cual no está mal.
Agradecidos todos nos hallamos, que me consta."

Asimismo, en la página 88 del nº 24 de la revista literaria FÁBULA hay otra reseña (breve) de "Parque de atracciones".

Si queréis leer la entrada (la de Clara) en su original el enlace es el siguiente:

http://elfuturosinmagia.blogspot.com/2008/10/las-rusas-salimos-en-los-papeles.html

domingo, 23 de noviembre de 2008

Hija del Mar y el Viento


Cuando era niña,
- más chiquita que ahora-
y comenzaba a escribir versos,
me gustaba, ante la Naturaleza
alzarme sobre las puntas de mis dedos
y dejarme volar.
Hace años, cuando era niña
y aún la Inocencia imperaba en mis pupilas
y en mis dedos,
sabía entender lo que el Viento susurraba en mi oído
y cantaba con la Luna por las noches
al aullido del Lobo.
Cuando era niña, sabía surcar el Tiempo
sin temer las aguas o las nubes.
Ahora algo ha anclado mis pies al suelo,
ahora pienso en aquellos momentos
en que no necesitaba de alas
para surcar el cielo,
cuando, de niña,
me adentraba en la orilla del río
y nadaba sin miedo a la Muerte o la Enfermedad.
Antes,
cuando era
La Hija
del Mar y el Viento.

Me gustas cuando callas


Me gustas cuando callas porque estás como ausente,

y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.

Me gustas cuando, sentada ante el teclado,

te das la vuelta a observar tu reflejo en la ventana,

a lo lejos,

porque tus ojos duplican la luz del cuarto.

Me gustas cuando, en silencio,

con la cabeza reclinada, un mechón rebelde

se escapa de tu peinado

y cómo tratas, sin logralo, de meterlo en su sitio.

Me gustas, cuando callas, porque eres casi etérea,

pero prefiero ver tras tus labios una sonrisa

y escuchar las carcajadas en tu boca

porque sólo con tu alegría

me devuelves la vida que a veces me falta.



Los versos en cursiva son de PABLO NERUDA, en concreto, de su poema "Me gustas cuando callas", incluido en "20 poemas de amor y una canción desesperada".

Copas vacías


Te necesito.
Me necesitas.
Y no sé si me gusta.-
RUT SANZ



Soy una copa vacía en la soledad de una luz
sonora.
Soy una copa de sombras,
vacía de garum o cerveza,
una copa vacía esperando que un día vuelvas,
que un día regreses y te atrevas,
como antes,
a decirme que me quieres,
y que me des un beso en los labios
en el portal de mi casa de paredes verdes,
y quiero caerme en tus brazos
y que tú derrames tus labios en el interior de mis manos,
para llenar el hueco que alguien dejó
y que nunca he podido llenar.
Quiero dejar de ser una copa de sombras,
tristeza hueca,
e irradiar la luz que emano
cuando me veo en tus ojos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Versos versos

A José Pablo, por seguir
la métrica y el ritmo
y a Rut, por repudiarlo.
Encontré un hombre entre dos luces
de la aurora, rayaba el día,
y por la amarga poesía
contra el suelo me di de bruces,
pues mis rimas no son ilustres
ni tampoco academicistas,
que son bastardas y activas,
de la noche oscura son lumbre.
Y aquel hombre que yo vi andaba,
los ojos cerrados, las manos
abiertas en sonidos vanos
de viejas canciones y albas
que hicieron caer a otros bardos
en métricas y más rimados.

Amartinados


A José Martí, por sus versos,

a Maite, por ella.


Queriendo ser yo, sin ser,

me descubrí siendo en tus labios,

y en este desconcierto,

el suspiro de mis alas,

plomo y cemento viejo antaño,

se volvieron de plata y espuma

que, volando, volando,

me llevaron donde sólo yo estuve,

sola, pero contigo a mi lado,

allí, surcando estrellas,

mi sangre brotó sobre la Luna blanca,

tu sonreíste, ora en dicha, ora furiosa,

yo me sentí perdida y hallada.


Aún soy sin ser nada,

por ser poeta te ofrecí mi vida,

por dejar la vida perdí la calma,

así, triste y errante, feliz en mi descontento,

aún hija del Mar y el Viento,

vivo de ti y de mis versos.

V. (Del viaje a Valladolid en autobús)

Son las cinco de la tarde.
Reina el silencio.
Una quietud dibuja el paisaje
-colinas de ondas,
árboles rectos,
nada se escucha
sino el ritmo lento del autobús-.

Allá, en la distancia,
continúa la vista,
nubes, verdes, azules tranquilos,
otoño en las hojas,
clubes nocturnos, iglesias,
un tractor mordiendo la tierra
con sus dientes oscuros,
en el patio de una casa
la ropa tendida...

Inmensidad en mis pupilas.

IV. (Del viaje a Valladolid en autobús)

Quiero subir a todas las cimas del mundo
para sentir cómo se despliegan mis alas
y me elevo del suelo,
o correr hasta alcanzar el primer peldaño de las nubes
y subir al cielo,
a hablar con las estrellas,
a darle un beso a la Luna,
a calmar el temblor del mundo en un abrazo
y buscar a Dios
para curar las heridas que le hemos hecho
y acunarle en mi regazo
a la espera de que pase la tormenta.

III. (Del viaje a Valladolid en autobús)

There will be an answer,
let it be
Cuando la garganta del mundo se rompe
y en la tierra el cielo se une al suelo
al ritmo del agua de lluvia
de hondas tristezas pesadas,
cuando un salto en el corazón
te deje sin aliento
y creas chocar contra el abismo,
cuando el temor te oprima el alma,
cuando tú, los tuyos, el mundo, la Tierra,
quiera gritar y en ese grito
estallar en mil lamentos,
recuerda:
let it be.

II. (Del viaje a Valladolid en autobús)

Mira cómo alzan los brazos
las montañas,
y cubren su rostros de nubes
y agua;
mira cómo la tierra avanza
hasta lugares
donde no alcanza tu vista;
mira el castillo,
la iglesia en la cumbre coronada,
cómo vigila
sus pies; mira, baja la vista y,
de pronto,
un bosque, y ahora muro, y piedra,
y llano,
y cultivo: mira el gusano que rueda,
tempus fugit,
y pasa, y pasa, adiós Gaia.

I. (Del viaje a Valladolid en autobús)

Cae la tierra
al ritmo de una canción
de Billy Talent
-Surrender-,
las viñas de mi ciudad violeta
y sus verdes se apagan en otoños
y melancolías.

El cielo se cierra
como un pesado tel´´on gris,
el ambiente cargado del autobús pesa
sobre mis ojos de plástico,
quisiera arrancarlos para poder dormir,
pero el resto de mi cuerpo
descansa en el maletero
de esta caja de zapatos
que algún hijo del viento
ha convertido en su nuevo juguete.

DOS DÍAS EN PUCELA


Rompí el cascarón del miedo

y me dejé volar.


Salí deprisa y corriendo (es decir, como siempre) para coger el autobús que me llevase a mí ya a mi maleta cargada de libros y sueños a la estación donde cogería el Alsa con el que iría a Valladolid. Llegué pronto y tuve que esperar a que el autobús entrara en la estación. Cuatro horas y media después (incluyendo esos 45 minutos esperando en un restaurante de carretera a que terminase el descanso del conductor), varias páginas de las novelas ejemplares de Cervantes (que me había llevado para entretenimiento durante mi viaje) y nervios por si no llegaba a tiempo, al final, llegué a Pucela a las 19:20 del jueves. Al poco tiempo, Rut aparecía medio corriendo, con los brazos extendidos y una gran sonrisa en los labios. José Pablo estaba con el coche esperándonos. Rut llevó al maleta a su casa, José Pablo y yo esperamos en una cervecería tomando una caña y comiendo gusanitos. Al final no fuimos a ver a Marcos Ana, se hacía tarde y necesitábamos descansar un rato la cabeza y el cuerpo de tanto ajetreo. A las nueve pasadas ya nos encontrábamos en La Curva, un bar amplio, con un pequeño patio que llevaba al baño. En La Curva estaba ya Laura, que me puso al día de sus idas y venidas al tiempo que yo hacía lo mismo. Allí estaban Adriana (mi chiquita de las naranjas, que me trajo una peli y nos compró un libro) Marina, Cris, Laurita, Pedro, Alfonso, Diego (o David, para Rut), José Pablo, Isa (que hizo las veces de presentadora) y las rusas, con un montón de gente más.

Comenzó José Pablo a leer ("Lugares comunes"), luego salió Laura y con su fuerza nos dejó encandilados a todos, después me tocó el turno a mí, nerviosa, creía que con el temblor de las piernas me iba a caer de los tacones. Pero los cólmicos son grandes, gente de esa que, como dirían algunos de mi pueblo, "los llevas en la patata". Después de mí, Rut leyó, leyó versos dedicados. Laura hizo un cadáver exquisito con los del bar, un poema que epsero cuelgue pronto en la red para que todos podamos difrutar de él cuando queramos. Las rusas volvimos de nuevo a la carga, leímos poemas de aquella que, por diferentes motivos, no pudieron acompañarnos.

En La Curva estaban la sonrisa de Rut y la fuerza de Laura conmigo, pero también el erotismo de Clara, las palabras de Ana Muñoz, el calor de Analía y los versos de Ana Gijón.

En La Curva estábamos todas, porque en todas hay una parte de las demás. Después del recital, estuvimos vendiendo libros y, en una mesa, firmando ejemplares. Después, una larga conversación en torno a varias cervezas, doritos y pepinillos. El bar cerraba, nos teníamos que ir, pero la fiesta continuó en el Malecón y, más tarde, en un bar de cuyo nombre no me acuerdo por no haberme fijado. Hacía frío en Valladolid, pero las canciones de Eva, la alegría y la gente lo hacían soportable. Llegamos a casa a eso de las 5 de la mañana, con la risa floja nos tiramos en el sofá y de ahí a dormir. A Laura no le costó, cuando volví de quitarme las lentillas ya se había dormido, Rut apareció unos minutos más tarde a darnos las buenas noches. Unas cinco o seis horas después ya estábamos despiertas. Nos duchamos para quitarnos el olor a humo, nos cambiamos de ropa y fuimos a la universidad a desayunar con Isa y José Pablo. Al final desayunamos un café, un trozo de pizza y bizcocho de chocolate y nos fuimos al colegio Santa Teresa de jesús, donde tenían un recorte de periódico del mundo donde salía anunciada nuestra presentación allí.

Blanca nos llevó hasta el salón de actos que, para que los que noe stuvieron me entiendan, es como la parte de abajo del Bretón (el teatro), escenario incluido. Decidimos no sentarnos, sino pornernos delante de la mesa ya que no queríamos algo formal, sino acercarnos a los chavales y acercarles la poesía. Aparecieron más de 50, de 4º de la ESO a 2º de bachillerato, entre los que destacó desde un principio Carlota, futura promesa con las ideas muy claras, discípula de Rut.

Después de una hora o menos hablando con ellos, nos fuimos a tomar un café con los profesores. A Laura se le llevó el coche la grúa, fue el único mal incidente del día. Al final lo recuperaron y pudo volver a Madrid. Nosotros nos fuimos a comer a los Zagales (donde, por cierto, comí como nunca) a eso de las cuatro de la tarde.

Después fuimos a ver a Marina, que estaba trabajando haciendo socios para la Cruz Roja y luego quedamos con Carlota en un bar de donde sacamos la certeza de que hoy en día hay quien, como Carlota, lucha por un ideal, y quien, como la chica que teníamos en la mesa de al lado, se dedica a darse el lote a las seis de la tarde en un café (parecido al Buda de aquí de Logroño, pero con más luz).

Rápidamente tuvimos que irnos a la estación de autobuses para que yo pudiera coger el Alsa de vuelta a casa, aunque tuvimos que volver al bar para recuperar las gafas de Rut.

Llegamos con tiempo y me fui con una sonrisa que ni siquiera hoy he podido quitarme y con una lágrima por despedirme.

Gracias a todos por acogerme, por adoptar a esta niña rusa y por colocarme, como dijo Rut, una percha en los labios, que me impide perder la sonrisa.

Estoy encantada de haberos conocido y espero que sigamos compartiendo versos muchos años más, ya sea en Valladolid, en Logroño, en Buenos Aires o en Madrid. Un día me dijeron que el lugar no importa si se está con la gente apropiada y creo que podríamos pasarnoslo bien incluso recitando en el Polo.

Esperando veros a todos pronto, se despide de esta crónica hecha la mañana siguiente de mi vuelta, la niña rusa cuyas alas que crecieron en Irlanda se han hecho más fuertes en Pucela.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Caracol de otoño (a título provisional)


Se llamaba Iruya Nuamahuaca, y tenía el pelo negro y la tez oscura, herencia directa de sus antepasados, indígenas americanos de tierras distantes. Y esto era porque su árbol genealógico se dividía en dos partes, la materna y la paterna.
Su madre siempre había sido una mujer arraigada a sus costumbres, había nacido en Sudamérica y sentía la sangre de los incas y aztecas aún fluyendo por sus venas. Cierto era que Iruya, nombre escogido por su abuela materna, argentina, había heredado los rasgos de su madre, así como ése gusto por las tradiciones que se remontaban a, al menos, un siglo atrás en su familia.
Sin embargo, su padre, de raigambre india norteamericana, había renunciado a sus tradiciones por tener una vida más digna que la que le pudiera dar una reserva. Muchos le reprocharon esto, sobre todo cuando decidió marcharse con los yanquis a vivir una cultura que no era la suya. Incluso su esposa, la madre de Iruya, se lo echó en cara más de una vez.
Así, Iruya creció en una ambiente en permanente contraste. Por un lado, su madre, Tizimín Manikaua, quería que la niña abrazara la riqueza cultural de los dos pueblos de los que descendía y por otro, su padre, Tekax Nuamahuca, trató al principio, aunque pronto desistió en su empeño, de "normalizar" a su hija según los cánones americanos.
Con el tiempo, Tek e Iruya se fueron distanciando más y, finalmente, el hilo que unía ese amor paternofilial se rompió. No obstante, seguían representando ese papel ante los demás porque así había sido educada Iruya, en las apariencias.
Apariencias ente su padre, ante su madre, ante sus amigos, ante sí misma. Al final no sabía si realmente la que le devolvía la mirada en el espejo era ella o una extraña.
Este sentimiento de duda existencial y su desarraigo no hicieron sino incrementarse cuando la familia decidió mudarse a España y, concretamente, a Castilla, donde el matrimonio podría dedicarse mejor a su oficio, la enseñanza y la traducción.
Iruya comenzó a sentir un dolor que le iba royendo más allá del padecimiento físico, más allá de su oído dañado por la negligencia de la medicina que le tocó padecer en su infancia, más allá de la sangre mezclada que le iba quemando por dentro y más allá de ese corazón vacío que nunca había dejado llenar.

El tiempo había pasado rápido, las hojas el otoño regaban un parque cualquiera de esa ciudad sin nombre en la que ahora vivía. Caminaba sola paseando a su perra Nah (nombre elegido por su madre poco antes de morir de un cáncer) al atardecer de un viernes. Fue en ese momento, en el que se le cruzó una hoja seca llevada por el viento, dorada como sólo la naturaleza sabe pintar, cuando recordó El Dorado, las historias de su madre y la sangre de sus venas comenzó a alterarse. En ese preciso instante decidió recorrer un camino, un senda que se le había marcado ya desde niña.
Quería saber si era cierto que tenía hogar.
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martes, 18 de noviembre de 2008

Número 25 de Fábula

'Fábula' llega de nuevo a la vida literaria de La Rioja. Este nuevo número será apadrinado por el escritor Lorenzo Silva en un acto público que tendrá lugar mañana, 19 de noviembre, a las 20.00 horas en el Salón de Actos del Centro Cultural de Ibercaja. Allí impartirá la charla “La novela está en la Red”, que versará sobre su nueva novela, El blog del inquisidor, que será ‘preestrenada’ en Logroño antes de su presentación oficial del jueves 20 de noviembre en Madrid. Este libro supone una ruptura con la trayectoria literaria del autor, tanto en el estilo como en los contenidos, ya que reflexiona sobre la relación que mantiene la novela con Internet.

Nº 25 DE FÁBULA

Dirigida por Carlos Villar Flor, profesor de Filología Inglesa, y co-editada por la Asociación Riojana de Jóvenes Escritores y Artistas (ARJEA) y la Universidad de La Rioja, la revista literaria Fábula apuesta de nuevo por la variedad de géneros, estilos, autores, tendencias, etc. ofreciendo un abanico amplio de las diversas facetas de la creación literaria contemporánea en lengua española.
Una vez más, Fábula cuenta con colaboraciones inéditas de escritores de primera línea. Así, Lorenzo Silva participa en el nuevo número de la revista con “Padres e hijos (Fragmento inédito de una novela olvidada)”, un duro relato en el que se entremezclan la culpabilidad, los miedos y las ilusiones muertas.
Además, Fábula publica el relato “La visita” de Medardo Fraile (Madrid, 1925), autor perteneciente a la llamada Generación del Medio Siglo junto con Aldecoa, Martín Gaite, Ferlosio, etc.
También, como en el número anterior, colabora con Fábula el escritor riojano Andrés Pascual, autor de la exitosa novela 'El guardián de la flor de loto'; en esta ocasión lo hace con el relato “La vuelta”, en el que el protagonista busca una imagen que sintetice el viaje por el país que está a punto de abandonar.
También están presentes el santanderino Fernando Abascal y Jaime García-Máiquez, autor de diversos poemarios publicados y miembro del Departamento de Restauración del Museo del Prado.
En la sección “Perros verdes”, la profesora María Luisa Lázaro rescata la figura de Bruce Chatwin, escritor inglés, cuya personalidad —marcada por su agudeza visual para el arte, los viajes, las múltiples relaciones sexuales y el SIDA— resulta irresistible tanto para aquéllos que lo conocieron en vida como para quienes lo descubren hoy.La relación entre cine y literatura también están presentes en el nuevo número de Fábula a través de los artículos sobre las películas Expiación, basada en el libro del mismo nombre de Ian Mc Ewan, y Retorno a Brideshead, una adaptación de la novela más célebre del escritor inglés Evelyn Waugh.
Además, Fábula inaugura la sección “Homenaje”, en la que se rinde tributo a célebres escritores. De este modo, el profesor universitario Francisco Páez de la Cadena nos acerca a la parcela menos conocida de Cesare Pavese, la poesía, y nos ofrece la traducción de algunos de sus versos. También, el periodista Miguel Castellví nos aproxima a Alexander Solzhenitsin, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1970 y recientemente fallecido.
Una vez más, Fábula cuenta con la colaboración de numerosos autores, ya sea con poemas, relatos, artículos o reseñas. Así, están presentes los riojanos Fernando Benito Labarta —cuyo relato, “Delfines en el trigo”, obtuvo el premio Esteban Manuel de Villegas 2008—, el pastor-poeta Adrián Pérez Castillo, Diego Iturriaga, Ramiro Palacios, Pilar Salas y los jóvenes Nerea Ferrez y Jesús Murillo, entre otros.
También, intervienen autores de diversos puntos de la geografía española —el navarro José Luis Allo, Clara Santafé de Zaragoza, Carlos Almira y José María Cumbreño, ambos del sur peninsular, etc.— e hispanoamericana, como la mexicana Rosy Paláu.

MÁS INFORMACIÓN EN LOS SIGUIENTES ENLACES:

http://www.rioja2.com/diario/34022-705-20-El_escritor_Lorenzo_Silva_apadrina_el_nuevo_numero_de_la_revista_Fabula

http://www.larioja.com/20081119/cultura/novela-historica-convencional-gigantesca-20081119.html

domingo, 16 de noviembre de 2008

ALICIA


"Desnudarme ante ti,
sí, desnuda como una
nueva lady Godiva,
deseando recorrerte
lujuriosa el cuerpo,
palpitante el foso, el corazón
quieto, los ojos
nublados, la boca
un mar de deseo,
y extender las manos,
rescatar Lo Oculto,
hacerte grito,
un quejido eterno
en el placer,

pero tu alma prefiere
dejarnos prohibidas
y esperar que la pluma
aparezca y estalle,
una tormenta en la profundidad
de tu olvido.

No me pidas amor,
si luego necesitas de otros dedos",
me dijo mi reflejo
en el calor de mi tarde.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Ejercicios del aula

A partir de un poema de CLAUDIO RODRÍGUEZ

Dichoso el que un buen día sale humilde
y en alta cuna hace que la aguja caiga,
pues la aurora superada de luces,
de energías recónditas en la espesura
de la mañana en una noche,
le mostrará el camino al tálamo,
Artemisa le abrirá sus puertas,
y el humilde, el modesto del alba,
ahora, ahora sale, sale y llama,
espera, se moja los labios
de rosas y abismos de Parcas,
el sueño, Morfeo se esconde
bajo las azucenas de sus pestañas secas,
se acerca y suspira un instante,
se acerca a la áurea puerta, Atenea quizás aguarda,
empuña su aldabón y no es en vano.

A partir de un poema de LUIS ALBERTO DE CUENCA

Mientras haya ciudades, iglesias y mercados,
y traidores, y leyes injustas, y banderas;
mientras haya líneas divisorias
y nombres para la Tierra, que ruge y bate;
y mientras la Humanidad
se divida en fronteras inexistentes,
y ruja Gea, se muera, se marchite
como una flor en invierno;
mientras luchen los hombres
y maten, y mutilen, y lloren;
mientras se escuche el llanto de un niño;
mientras las lágrimas de un inocente
caigan hacia un abismo de olvido;
mientras esta tierra no sea un hogar
ni los hombres una familia,
Dios seguirá dormido.

Las palabras en cursiva son las que pertenecen a los poemas originales.

jueves, 13 de noviembre de 2008

LAS POETAS RUSAS EN VALLADOLID


El jueves 20 de noviembre en Valladolid, a las 20,00h, el Colectivo Contra el Olvido trae a Marcos Ana.
Historia y poesía una vez más se unen: es un preso de la etapa franquista, que con sus palabras sobrevivió y alentó a los otros sin casi saberlo hasta mucho después. La tinta de pluma de sus papeles atravesó las rejas de su celda y voló hasta otras cárceles, hasta otras ciudades.
Nos trasladamos, entonces, a la poesía entendida como dadora de fuerza y, en definitiva, de vida. A sus más de ochenta años, Marcos Ana, es una persona entrañable y comprometida con su historia y con la nuestra.
Viene a hablarnos de su último libro y muy probablemente, lo que no va a contarnos, pero yo sí sé es que Almodóvar ha comprado los derechos de parte de su obra para su próxima película.

Por la noche, a las 22 horas en La Curva se presentará (de nuevo. Vamos por etapas) la antología poética "Parque de atracciones" y luego habrá un recital a cargo de algunas de las antalogadas y otros poetas locales. Este evento ha sido organizado por COLMO Colectivo.

Al día siguiente, a las 13:30 horas las poetas rusas harán un recital en el colegio Santa Teresa de Jesús para los alumnos de ese colegio.

Esperamos veros por allí o, al menos, tener vuestro apoyo moral.
Gracias a todos.
Besos y versos,
Nerea Ferrez.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

No podréis conmigo

He caído al barro, me han hundido, empujado, golpeado, herido, maltratado, mutilado,... pero siempre he sabido resurgir de mis cenizas.
Siempre logro encontrar la salida, sé nadar en la oscuridad, volar en la luz, saltar los abismos y atravesar las montañas.
No podréis matar mi pluma, porque no es que mi "sangre muerda" (Pecado original, Carmen Beltrán, Ediciones del 4 de agosto), sino que yo misma tengo dos armas invencibles, las letras y la indiferencia.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Ella, siempre ella

Siempre se sienta junto a la puerta, ataviada de soledad y tristezas, ya sin la esperaza de que alguien llegue a rescatarla. Porque nadie vendrá. Ha asumido su soledad como si se tratara de una cancioncilla infantil que, tras muchos esfuerzos, ha logrado devolver a la memoria.
Quizás se sienta junto a la puerta para escapar deprisa, o para que el frío que siente en ese trozo de su espalda que queda al descubierto, le siga recordando que aún está viva.
No importa la razón.
Quizás un día me levante y se lo pregunte. Puede que mañana me acerque a ella y le pregunte sus razones para estar sola, siempre sola junto a la puerta, por ver si coinciden con las mías.
Mira, ahora levanta la vista y me observa. Sigue escribiendo, mechones violeta, entreverados de azabache caen sobre el cuaderno.
Mañana...

This is not where I belong, but I always return (perdonad los errores gramaticales)

I hear a sound
a voice inside,
my heart is shouting,
a shot, a claim.
I can't understand it,
I can't say why
but I always return
to my no-home.
Eire is wishpering,
-yes, my love,
I can hear you
but there's nothing I can do
because I'm stuck in this lonely room,
in this bloody body
and I can't fly to you.

jueves, 6 de noviembre de 2008

100 poemas- QUÉ ES POESÍA

Qué es poesía
-dice la profesora.
Santillana responde
o, al menos,
lo intenta.
Mis ojos se pierden
de banales palabras
a la eternidad que se abre
en la ventana cerrada,
y una hoja de otoño,
dorada y roble,
danza alegre ante mi vista.

Eso es poesía,
señor marqués.

Coemas

Sola,
niña,
rusa,
pequeña,
mota,
(de) polvo,
(entre) nieblas,
niña,
triste,
estrella,
duerme,
chiquilla,
respira,
no,
no despiertes,
calma,
calma,
tranquila...
La niña ya duerme,
la niña ya sueña,
la Luna acuna
su infancia en trenzas,
los dedos tintados
suspiran
silenciosas
cadencias.

lunes, 3 de noviembre de 2008

UN VEINTITRÉS CUALQUIERA

Me siento polvo pero no tierra,
suspiro que no viento,
gota que no lluvia,
grano que no arena.
Me siento perdida sin ser la única,
me siento erso sin ser poema,
una triste poeta más sin musa,
el llanto en una playa desierta.
Harta del mundo y la vida,
de la muerte y sus piruetas,
de estar sola
y no querer compartir mi propia tristeza.
Harta de cavernas oscuras,
de nudos,
vacías almas,
raíces huecas,
corazones sin latido,
manos muertas.
Harta de ti,
de mí,
de todos,
del nosotros que no pudo ser
en los mil tú,
harta
de no ser más
que la estela olvidada
de
una
remota
estrella.

PROMISE

Prometí no volver a adentrarme
en cavernas oscuras
y ahora mis dedos
de ardor laten
ante fantasía, ilusión o terciopelo rasgado.

Nunca fue el blanco tan sucio,
la espera tan amarga,
la perfección tan dolorosa
ni el miedo tan absurdo.
Le prometí a mi Dios
no volver a caer entre sueves rocas
sino flotar
-con esfuerzo-
sobre la leve brisa.

Ahora, tan sólo le pido a cambio
de tantos años de lealtad a mi palabra,
algo más que una mirada
y un beso en la mejilla.

THE DRUGS DON'T WORK

No es hora ya para lamentos
pero el alma se me quiebra en espantos,
la luz del camino se ha derretido
como un viejo clavel de arcilla.
Dime qué razón hay para que sonría
como antes
si estoy sola, si soy olvido,
una sombra.
La vida ha enviudado,
Leanan se muestra caprichosa,
y yo me rompo, estallo
hacia dentro
porque ya no me queda espacio,
ni siquiera para guardar
el vacío del silencio.